Trump vs Biden: cuál es el poder real de los evangélicos en EEUU
Por qué son una carta crucial de Trump en las elecciones.
¿Volverán a ser los evangélicos una fuerza clave en las elecciones de Estados Unidos en 2020?
Cuatro décadas después de haber sacudido la política de este país, ese grupo religioso es hoy un pilar electoral del Partido Republicano y del presidente Donald Trump, que busca otro mandato en noviembre.
En las elecciones de 2016 en EE.UU., uno de cada cuatro votantes se identificó como cristiano evangélico blanco, según encuestas. Y la gran mayoría de ellos (81%) votó por Trump.
El presidente "va a necesitar eso y quizás más para ganar en noviembre, así que son muy influyentes", dice John Fea, un profesor de historia en la Universidad Messiah de Pennsylvania autor del libro "Créeme: el camino evangélico a Donald Trump", en diálogo con BBC Mundo.
Pero para entender el verdadero peso político de los evangélicos en EE.UU. y su improbable alianza con Trump, es necesario retroceder un poco en el tiempo.
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El fin y los medios
Los evangélicos entraron a la arena política de EE.UU. como reacción a la legalización del aborto en el caso de Roe vs. Wade de la Corte Suprema en 1973 y al avance de una agenda progresista en el gobierno del demócrata Jimmy Carter (1977-1981).
Líderes religiosos conservadores contrarios al aborto y la diversidad sexual, con el pastor televangelista Jerry Falwell a la cabeza, fundaron en 1979 la organización Mayoría Moral para movilizar fieles a favor de políticos que defendieran sus causas.
En las elecciones de 1980, dos de cada tres votantes evangélicos blancos apoyaron al candidato presidencial republicano Ronald Reagan, quien venció a Carter con su discurso conservador, opuesto al comunismo.
Ronald Reagan se impuso a Jimmy Carter en las elecciones de 1980 con un amplio apoyo de evangélicos blancos.
Así surgió la unión política entre republicanos y evangélicos, que hasta hoy mantienen al tope de sus aspiraciones anular Roe vs. Wade y colocar jueces conservadores en la Corte Suprema.
Los evangélicos blancos han sido un bloque electoral más conservador y numeroso que los evangélicos afroestadounidenses, que priorizan la "justicia racial" y por lo tanto tienden a apoyar mayoritariamente a los demócratas, explica Fea.
Y apunta que, a diferencia de los protestantes no evangélicos o católicos, los evangélicos blancos "están mucho más unificados, forman un bloque de votantes".
"En cierto sentido, quieren que se realicen sus aspiraciones políticas, por lo que el fin justifica los medios", dice. "Pero desde fines de los años '70 y '80 los evangélicos blancos también han sido tentados por el poder político: les gusta estar en el Despacho Oval" de la Casa Blanca.
La batalla contra del aborto ha sido prioridad constante de los evangélicos en EE.UU. por décadas.
Greg Smith, director asociado del Centro Pew de Investigación, señala que el vínculo de ese sector religioso con el Partido Republicano perdura hasta el presente.
"Hemos visto durante mucho tiempo que los protestantes evangélicos blancos están entre los votantes republicanos más consistentes de EE.UU. y entre los partidarios más fuertes, leales y consistentes de Donald Trump", dice Smith a BBC Mundo.
"Salvar a EE.UU."
El peso electoral de los evangélicos blancos en EE.UU. hoy es bastante mayor que su decreciente presencia demográfica.
En 2016 eran 17% del total de la población, seis puntos menos que una década antes, según el Instituto de Investigación de Religión Pública en Washington.
Se estima que en los últimos cuatro años la proporción de evangélicos blancos en EE.UU. cayó otros dos puntos, hasta 15% de la población.
Los evangélicos blancos sumaron un cuarto de los votantes de EE.UU. en 2016, aunque sólo eran 17% de la población.
Sin embargo, en las últimas elecciones fueron el 26% del total de votantes.
Sarah Posner, autora del reciente libro "Profano: por qué los evangélicos blancos oran en el altar de Donald Trump", señala que el movimiento no sólo se apoya en líderes de iglesias sino también en medios propios de TV y redes sociales.
"La derecha religiosa tiene una operación muy sólida y bien organizada para incentivar el voto, por lo que son muy importantes para que el Partido Republicano gane elecciones", dice Posner a BBC Mundo.
La unión de evangélicos y Trump suele verse como una extrañeza de la política de EE.UU.: religiosos que predican sobre moral aliados a un hombre acusado de infidelidades matrimoniales, casado tres veces, que se ha expresado de forma obscena sobre las mujeres y agresiva sobre los inmigrantes.
Pero Trump recibió en 2016 un apoyo de los evangélicos blancos aún mayor que sus antecesores republicanos.
Biden fue vicepresidente de Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama.
Y, si bien la aprobación de los evangélicos blancos a Trump cayó algunos puntos en medio de la crisis de coronavirus y las protestas por injusticia racial, cerca de ocho de cada 10 votantes de ese grupo aún se inclinan a votar por él, según encuestas.
El bajo nivel de apoyo de los blancos evangélicos al candidato demócrata Joe Biden contrasta con el amplio respaldo que recibe entre los protestantes negros (cercano a 90% en un reciente sondeo de Pew) y el hecho de que es favorito en las encuestas de votantes en general.
El respaldo de los evangélicos blancos a Trump es atribuido a la ansiedad que sienten ante los cambios raciales y culturales que EE.UU. tuvo en las últimas décadas.
"Trump representa al hombre fuerte que creen que necesitan para salvar a EE.UU. del liberalismo", indica Posner. "Lo ven no necesariamente como un cristiano como ellos, sino como un líder improbable que Dios ha ungido para salvar a EE.UU.".
Prueba de fuerza
Trump tiene un vicepresidente evangélico como Mike Pence y varios miembros de su gabinete pertenecen a ese movimiento religioso o cultivan lazos con el mismo.
En esta campaña, Trump ha buscado asegurarse de que los evangélicos vuelvan a sufragar por él.
Por ejemplo, ha repetido que ya colocó dos jueces para la Corte Suprema y el mes pasado nominó a otra que, si es confirmada por el Senado, puede dar a los conservadores una mayoría firme en el máximo tribunal.
Trump ha buscado asegurarse el voto evangélico en noviembre de distintas formas, algunas de ellas polémicas.
Trump también acusó a Biden de estar "contra Dios" y "contra la Biblia", aunque el exvicepresidente es un católico practicante y ha recibido el reciente respaldo de algunos líderes evangélicos blancos.
Además, Trump causó polémicas que le valieron críticas de figuras religiosas, por ejemplo al posar para las cámaras con la Biblia en la mano ante una iglesia, para lo cual fue dispersada a la fuerza una protesta pacífica en la zona.
Su campaña también apuesta a atraer votantes evangélicos negros y latinos, que tienen posturas conservadoras en temas como el aborto pero son más abiertos a la inmigración y las políticas sociales, lo cual puede inclinarlos por Biden.
Así, la elección será una nueva prueba de fuerza para los evangélicos de EE.UU. y su peculiar alianza con el presidente.
"La participación electoral entre los evangélicos blancos será muy importante para Trump: necesita que salgan en grandes cantidades. Si no", advierte Posner, "será mucho más difícil para él ganar".