Malasia y Nepal han prohibido completamente el estreno de la película por contenido sexual.
Los excesos, desmadres e incorrecciones varias de El Lobo de Wall Street, el último film de Martin Scorsese, no pueden verse en todo su esplendor en varios países de Asia.
La película, que incluye incontables escenas de contenido sexual, consumo de drogas y que incluye 569 variaciones de la palabra 'fuck' ha sido prohibida en algunos países, y en otros ha visto restringida su exhibición o se ha estrenado con varias escenas eliminadas.
Así, dos países como Malasia y Nepal han prohibido completamente el estreno de la película. Curiosamente, el primer ministro de Malasia es padrino de Riza Aziz, director general de la productora de la película, Red Granite.
En la India, la película se estrenó con tres secuencias censuradas: la orgía gay del mayordomo de Jordan Belfort, la escena en la que el personaje de Jonah Hill se masturba en público, y una de las primeras imágenes del film, en la que el protagonista esnifa cocaína con una pajita del trasero de una prostituta.
Además, la frase “todas las monjas son lesbianas” se eliminó del montaje en respuesta a la normativa que protege el respeto a todas las religiones.
En Singapur, el film recibió una calificación ultra restrictiva que prohibe el acceso a la sala a menores de 21 años, pese a lo cual la película lideró el box office en el fin de semana de su estreno recaudando 240.000 euros.
En los Emiratos Árabes, la versión estrenada ha visto casi un tercio de su metraje recortado, pasando de las 3 horas a las 2 horas y cuarto de duración. En un hecho nada habitual, el gobierno emitió un comunicado explicando que los cortes los había decidido la distribuidora regional de la película, y no la autoridad censora.
Y en el Líbano, la presión de los espectadores propició que la distribuidora echara marcha atrás en sus planes iniciales y estrenara la versión casi íntegra, cortando únicamente la escena de la orgía gay.
Para Christian Mercuri, presidente internacional de Red Granite, “muchos de los contenidos de la película crean dificultades en ciertos territorios donde hay censura e incluso se pueden prohibir las películas. Sin duda nos preocupa que se esté cortando nuestra película, pero cada territorio es diferente”. Mercuri explica que “una película muy violenta, por ejemplo, no tendría ningún problema en USA, Asía o el Medio Oriente, pero sí podría tenerlos en Europa”.