Hay preocupación en los habitantes de zonas costeras por temor un rebrote de COVID-19.
El anuncio lo hizo la ministra de Gobierno, María Paula Romo; sin embargo, no se conocen detalles de cuáles son estas 60 playas, qué pasará con las demás o cuáles son los protocolos que deben cumplir de forma obligatoria.
En Manabí, el Ministerio de Salud confirmó 4.551 casos positivos de COVID-19 y eso preocupa a sus habitantes, tras el anuncio de una reapertura de las playas.
El turismo y la pesca sostienen gran parte de la economía de San Jacinto, pero eso era antes de la pandemia. Si los bañistas van a regresar aquí, dudan que se los pueda controlar porque el megáfono y la cámara del sistema de alerta del ECU 911 están lejos del malecón. Se preguntan cómo van a evitar aglomeraciones.
Muy cerca está la playa de San Clemente. Aquí tienen el mismo problema, por eso apostaron por el autocontrol.
Los operadores turísticos indican que deben ser parte de la solución y por eso ya trabajan con medidas de bioseguridad anhelando que los clientes vuelvan.
La Playa del Murciélago es una de las más extensas de Manabí. Según los cálculos del Municipio de Manta, puede recibir hasta 70 mil personas, pero en esta reapertura solo se permitirá hasta el 10% de su capacidad.
Sea con cámaras, con autocontrol o con otros mecanismos, lo que esperan es ver nuevamente a los turistas.
Antes de la emergencia, en Manabí, los meses de julio y agosto eran los de mayor afluencia. Saben que este año no será así, pero, en medio de esta pandemia, todo suma.