Las comunidades indígenas amazónicas contabilizan 27 muertos.
En las comunidades indígenas del Oriente, la situación se agrava. Según información de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía, ya se han confirmado 599 casos y hay 622 con sospecha.
310 se reportan en la comunidades kichwa, sobre todo en Pastaza; 188, en la nacionalidad waorani; en Sucumbíos; 37, en la shuar; 23 seikopai; y 22 achuar, entre otras.
Sus dirigentes aseguran que ya no cuentan con medicinas ni insumos necesarios
Hay 27 personas fallecidas entre las comunidades y la situación es dramática. Por ejemplo, en Sarayaku, una de las víctimas de COVID-19 sería el padre del coordinador nacional de Pachakutik, Marlon Santi.
La ambulancia aérea, único medio de evacuación, no pudo trasladarlo a un hospital porque desde las autoridades sanitarias no les han dado protocolos para pacientes con COVID-19.
El Consejo de Gobierno ha decidido declarar en emergencia a la comunidad. Aunque hay dos médicos en Sarayaku, no tendrían cómo actuar.
En Taisha y Macuma, aunque en principio sus habitantes evitaban salir, la información sobre las medidas de seguridad casi no ha llegado. Ahora salen sin mayor protección y buscan la forma de ir a la ciudad a cobrar sus bonos, lo cual, dicen, podría provocar más contagios.