En la parroquia rural de Nono los habitantes solicitan ayuda.
La pandemia permitió conocer el lado solidario de las personas pero también el lado incompremsible de aquellos que se olvida incluso de sus familiares adultos mayores.
En las últimos meses en la parroquia de Nono, ubicada a 45 minutos de Quito, los habitantes han observado varios casos de personas de entre 70 y 80 años que están solos, enfermos, abandonados a su suerte.
Los adultos mayores presentan varios problemas de salud, por lo que el personal del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) Parroquial llegó al sector para conocer el estado de salud.
César tiene 74 años de edad y enfrenta problemas de audición y con dificultades balbucea para comunicarse. Se conoció según los habitantes de la localidad que sus familiares no aparecen y que aparentemente él era dueño de un terreno, pero alguien abusando de su condición le obligó a vender.
Los vecinos de Nono donan alimentos y más a los adultos mayores, quienes sobreviven gracias a dicha ayuda ofrecida.
Según el GAD de Nono, hay tres casos similares en la zona, los encargados ayudan en todo lo que está a su alcance pero César necesita una vivienda.
Hay dias en que los vecinos ven a César trabajando en la tierra, labrando, intentando las labores agrícolas pero es difícil, nadie lo visita y él permanece en lo alto de la montaña como esperado algo o alguien que se tardó en volver.