Cada año festejan el final de la cosecha de chonta como un tributo a sus antepasados.
A unos 30 minutos de Lago Agrio, cruzando el río Aguarico está la comunidad Cofán Dureno. Cada año festejan el final de la cosecha de chonta como un tributo a sus antepasados, quienes dejaron como legado esta fecha para agradecer a la tierra por los frutos que son vitales para su alimentación.
Alejandro Criollo, taita de la comunidad, en su idioma originario, el Aingae, comenta sobre esta fiesta: “Es una fiesta cultural que siempre han hecho los mayores, antepasados, por eso este evento es sagrado para los cofanes, el festival de la chonta”.
Matachi es un personaje antiguo en la historia de esta nacionalidad, vive como un ermitaño, tiene que enfrentar las adversidades de la selva para sobrevivir y mantener su cultura cuyos principios se basan en la conservación de sus prácticas ancestrales, vestimenta, idioma y sobre todo conservación de su territorio.
Viven de la cacería, la agricultura y la pesca, comenta Alveiro Mendúa, presidente de la comunidad Cofán Dureno: “Si comenzamos a talar perderíamos toda nuestra vivencia, entonces por ello nuestra capacidad de poder mantener eso es cuidando, protegiendo y defendiendo lo que hoy tenemos”.
Según Tania Aguinda, cofán y reina de las nacionalidades de Sucumbíos, la mujer cumple un rol protagónico en las familias cofanes, es la encargada de elaborar las artesanías y los trajes. También se encargan de preparar la chicha, que en la celebración de la chonta es indispensable: “Representa lo que nuestros ancestros utilizaban y nosotros no queremos perder esa identidad cultural que es de la nacionalidad cofán”.
Este año, la fiesta de la chonta contó con la presencia de indígenas de otras comunidades y turistas, quienes también participaron de las danzas, juegos tradicionales y de la toma de chicha de chonta.
Este pueblo está asentado en la Amazonía, en la frontera entre Colombia y Ecuador, sin embargo, para ellos no existen fronteras, pues dentro de su territorio solo son cofanes.