Las organizadoras del evento aseguraron que era benéfico.
"Ya llegó la vacuna" es la justificación de una de las personas que organizó una fiesta clandestina en Pomasqui, en el norte de la capital, que fue intervenida por las autoridades.
En un terrero se instaló el equpo de música y los parlantes. Alrededor de 200 personas se presentaron a la fiesta, incluso varias madres estaban con niños en brazos.
La mayoría de los asistentes eran menores de edad y aunque algunos quisieron escapar fueron interceptados. Quienes organizaron el evento dicen estar concientes de lo que hacían pero aseguraron que el objetivo del evento era benéfico.
"Si yo gasto 50 dólares semanales para la quimioterapia, yo no tengo plata por eso me puse a hacer esto", argumenta una de las organizadoras del evento.
"A mí no me ayuda el Estado en darle el medicamento a mi mamá. Ella corre peligro de morir", dice otra de las organizadoras.
Pero sus justificaciones y pedidos no convencieron a las autoridades, quienes de una en una sacaron las jabas de cerveza, los equipos de amplificación y los subieron a una camioneta para llevárselos.
Luego vinieron las inspecciones y la verificación de identidad de cada uno de los asistentes antes de imponerles las sanciones correspondientes, sea por generar aglomeraciones o por no usar las mascarillas.