España alcanzó por segunda jornada consecutiva una cifra máxima diaria de fallecidos.
Segundo país con más fallecimientos en el mundo, España sobrepasó la barrera de los 9.000 muertos por la pandemia del coronavirus, aunque las autoridades mantenían este miércoles que la situación se estabiliza gracias al férreo confinamiento de la población.
España alcanzó por segunda jornada consecutiva una cifra máxima diaria de victimas mortales por la COVID-19, con 864 fallecimientos en las últimas 24 horas, llevando su balance global de muertos desde que comenzó el brote a 9.053, según el Ministerio de Sanidad.
Pero en términos porcentuales, un dato que las autoridades españolas fijan como indicador de que la epidemia se estabilizó, el crecimiento de la mortalidad mantuvo su paulatina desaceleración, alcanzando en las últimas 24 horas un 10,6%, frente al elevado 27% registrado hace una semana.
Asimismo, los casos notificados oficialmente, que se elevaron a 102.136, mostraron una desacelaración en términos porcentuales, subiendo un 8,2% diario frente al 20% de una semana atrás.
Unos datos que muestran "que vamos en la buena dirección" y que "ya estamos allí (en el pico de la epidemia), que ya estamos descendiendo", se congratuló Fernando Simón el director de emergencias sanitarias del país, en conexión desde su casa, donde está aislado con coronavirus.
Las autoridades sanitarias atribuyen la tendencia al férreo confinamiento que rige sobre los 46,6 millones de españoles desde el 13 de marzo y al menos hasta el 11 de abril, y que fue reforzado el lunes con la paralización durante dos semanas de toda actividad económica no esencial.
De todas maneras, la preocupación se centra en el tensionado sistema sanitario, con hospitales ya desbordados en las zonas más afectadas, como Madrid o Cataluña.
Tanto las personas ingresadas en unidades de cuidados intensivos (UCI), 5.872 para este miércoles, como las fallecidas, se infectaron hace dos o tres semanas, por lo que estas cifras continuarán escalando con los nuevos afectados aún cuando se estabilice la epidemia, advirtió en rueda de prensa María José Sierra, del centro de emergencias sanitarias.
La situación más acuciante ocurre en Madrid, la región con más del 40% de los muertos, aunque Cataluña ya contabliza más fallecimientos diarios y pacientes en cuidados intensivos que la capital española.
Como señal de duelo, tanto en Madrid como en Cataluña las campanas de las iglesias repican al mediodía para invitar a los fieles confinados a orar. En la capital, las banderas ondean a media asta desde el lunes.
- Decisiones "sumamente duras" -
El desbordamiento es tal en algunos hospitales que los médicos se han visto en la necesidad de priorizar recursos en base a la posibilidad de sobrevivencia de los pacientes.
"Ves que no hay capacidad, que no hay recursos y de ahí vienen las decisiones que son sumamente duras y que nos llevamos a casa después de jornadas un poco fuertes", relató a la AFP María Fernanda Visconti, una médico venezolana a cargo de los insumos en el hospital donde trabaja, el Universitario de la Princesa, y otros dos hospitales madrileños.
"Hay gente que llora en las consultas diciéndome que viven con su madre mayor en un piso de 50 metros cuadrados, o una enfermera que vino porque murió su madre al día anterior: Estaba trabajando y además se sentía culpable de haber sido ella" quien la habría contagiado, aseguró Visconti.
Sin embargo, en algunos puntos se empezaba a notar menos tensión.
"La semana pasada, estábamos teniendo entre 30 y 40 ingresos cada día. Al día de hoy estamos en 20 ingresos al día. Está bajando poco a poco, vamos por un buen camino", expresó María Liñero, médico de 28 años en un hospital privado en Madrid.
Pese a persistentes quejas de falta de material de protección para los sanitarios, más de 12.000 de ellos infectados, el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, afirmó la noche del martes que el gobierno ha "conseguido un suministro regular de estos productos".
Asimismo, Illa anunció que España recibirá esta semana nuevos lotes de tests rápidos, para intentar subir de los 20.000 exámenes diarios actuales al ideal de 50.000, que permite tener un panorama real de la extensión del coronavirus SARS-Cov-2.