Madrid acoge la COP25, una cumbre climática para fijar las normas a los mercados.
La activista climática Greta Thunberg estaba en Madrid el viernes para participar junto a miles de jóvenes en una marcha para exigir a los líderes mundiales que tomen medidas reales contra el cambio climático.
La activista adolescente, que opta por transportes con bajas emisiones, viajó durante toda la noche en tren desde la capital de Portugal, Lisboa, a donde llegó a principios de semana tras cruzar el Océano Atlántico en catamarán desde Estados Unidos.
Tras sortear un enjambre de fotógrafos y cámaras de televisión que la esperaban en una estación de tren del norte de la capital de España, la adolescente sueca publicó un irónico tuit diciendo que había logrado llegar de incógnito a Madrid.
"No creo que nadie me haya visto”, escribió. “De todas formas, ¡es genial estar en España!".
Madrid acoge la COP25, una cumbre climática de dos semanas auspiciada por Naciones Unidas que tiene como objetivo fijar las normas para los mercados globales de carbono y acordar las compensaciones a los países más pobres que sufren las consecuencias de las emisiones de las naciones ricas.
A última hora de la mañana del viernes, Thunberg realizó una visita sorpresa al centro de convenciones donde tiene lugar la cumbre climática y se unió a un grupo de unos 40 jóvenes en una sentada para demandar acciones reales contra el cambio climático.
Tomados de las manos, los adolescentes corearon “poder para el pueblo” y mostraron pancartas con el logo de Fridays for Future, el movimiento climático global inspirado por Thunberg.
Mientras se celebra la cumbre crecen las evidencias científicas sobre los desastres que podría provocar el calentamiento global, incluyendo un estudio encargado por 14 países muy vinculados al mar que se publicará el viernes y predice que el descontrol climático devastará a la industria pesquera y el turismo generado por los arrecifes de coral.
Esto podría acarrear pérdidas de cientos de miles de millones para 2050, señaló el informe, que agregó que controlar el calentamiento aliviaría el impacto económico para las naciones costeras, que necesitarán adaptarse a los cambios en los océanos.
Se espera que la presencia de Thunberg en Madrid ponga el foco en las demandas de más acción realizadas por las ONG y por una nueva generación de activistas con conciencia ambientalista.
Los discursos previos de la joven de 16 años en foros internacionales le valieron tanto los aplausos de algunos líderes como las críticas de otros, ofendidos por el tono de enojo de sus palabras.
Por otra parte, una alianza de estados, ciudades, instituciones académicas y empresas de Estados Unidos abrieron el viernes su propio espacio en la COP25 para demostrar que, pese a la decisión de Washington de retirarse del Acuerdo de París, muchos estadounidenses siguen comprometidos con los objetivos del pacto.
Elan Strait, responsable de la iniciativa “We Are Still In" (“Seguimos dentro”) del grupo conservacionista World Wildlife Fund, explicó que el movimiento es “un parche a corto plazo no solo para reducir esas emisiones de dióxido de carbono sino también para animar a los responsables políticos a preparar el terreno para futuros logros”.
“Y esto, con independencia del color del gobierno que esté en el poder”, agregó Strait.
Según los organizadores, más de 3.800 organizaciones y empresas, el equivalente al 70% de la producción económica de Estados Unidos y alrededor de la mitad de las emisiones del país, se han unido a la iniciativa.