Mientras muchos países en el mundo, incluido Estados Unidos y varios en Europa, discuten formas de avanzar en los derechos gay, Rusia parece ir retrocediendo.
Mientras muchos países en el mundo, incluido Estados Unidos y varios en Europa, discuten formas de avanzar en los derechos gay, Rusia parece ir retrocediendo.
Y es que hoy en día cualquier normativa que prohíba la homosexualidad causa cierta aversión. Pero muchos en Rusia piensan que ésta es "moralmente inaceptable".
Nikolai Alexeyev es un conocido defensor de los derechos gay en Rusia y ha sido arrestado varias veces en el pasado por lo que las autoridades llaman expandir "propaganda homosexual".
También ha sido golpeado en la calle junto con otros activistas por promover los derechos homosexuales.
Su último delito, como explicó a BBC Mundo, fue estar parado en una esquina en San Petesburgo sosteniendo una pancarta que decía "La Homosexualidad No Es Pervertida".
Ahora la Duma -la cámara baja del Parlamento ruso- acaba de dar una aprobación inicial a una controvertida ley para prohibir cualquier tipo de "propaganda homosexual" en todo el país.
La normativa ya fue puesta en práctica el año pasado en San Petersburgo y en otras nueve regiones de Rusia.
Tal como informa Steve Rosenberg, corresponsal de la BBC en Moscú, si el proyecto es aprobado significaría que todo, desde eventos hasta pancartas que promuevan los derechos gay, serían prohibidos y sus organizadores serían multados.
También implicaría que los homosexuales serían procesados simplemente por ir de la mano en la calle o besarse en público.
La iniciativa fue presentada por el parlamento de Novosibirsk en Siberia Occidental y afirma que intenta "proteger a los niños".
Según el documento de la propuesta, "la propaganda de la homosexualidad ha adquirido una gran fuerza en Rusia".
"La familia, la maternidad y la infancia en su concepción tradicional (...) representan los valores que aseguran el relevo generacional ininterrumpido" y por ello, "necesitan una especial defensa por parte del Estado".
Y agrega que hay que defender a los niños "de los factores que influyen negativamente en su desarrollo físico, intelectual, psíquico, espiritual y moral".
"Peligrosa" propuesta
Para activistas como Nikolai Alexeyev, el verdadero objetivo de lo que llama "la peligrosa propuesta" es "frenar los derechos de las minorías sexuales".Dice que si esta ley es aprobada se convertirá en una herramienta para silenciar hasta las informaciones más simples y cualquier expresión cultural que las autoridades interpreten como "propaganda" de la homosexualidad.
Según Alexeyev, "lo peligroso de la normativa es que no se sabe con precisión qué es lo que incluye la palabra 'propaganda'".
"Es una ley totalmente arbitraria diseñada para boicotear los derechos de los homosexuales", le explica a BBC Mundo.
"¿Qué es 'propaganda' para las autoridades?", dice.
"Propaganda puede ser cualquier cosa y, como tal, esta ley se aplicará de forma arbitraria e indiscriminada".
Lucha antigua
Alexeyev, que dirige la organización Moscú Pride, se ha enfrentado repetidamente con las autoridades tratando de defender el derecho gay a manifestarse.El año pasado presentó una demanda para anular una normativa del ayuntamiento de Moscú que prohíbe las marchas pro gay en la capital rusa durante los próximos 100 años.
Su demanda no fue exitosa. El principal tribunal moscovita confirmó la prohibición.
También presentó un caso en la Corte Europea de Derechos Humanos en contra de la prohibición en San Petesburgo sobre la propaganda homosexual. El tribunal le ordenó al Estado ruso pagarle compensación.
Según el activista, "nadie parece tener suficiente poder (contra el Kremlin)".
"¿Qué más podemos hacer? Hemos apelado a la comunidad internacional, a la Corte Europea de Derechos Humanos, pero no hemos podido desafiar lo que se está haciendo aquí", afirma.
"Sabemos que nada de esto cambiará, pero seguiremos manifestándonos y seguiremos desafiando ésta y otras leyes similares", agrega el activista ruso.
Las autoridades de Moscú señalan que las marchas y desfiles gay conllevan el riesgo de causar desórdenes públicos y que la mayoría de los moscovitas no apoyan esos eventos.
En esto, Alexeyev está de acuerdo. Los sondeos de opinión, dice, muestran que la mayoría de los rusos creen que la homosexualidad es "moralmente inaceptable".
Lo cierto es que el proyecto de ley está encendiendo los ánimos en un país que ya está profundamente dividido por sus libertades civiles.
Tal como explica Tom Esslemont de la BBC, esta propuesta es la última de una serie de medidas diseñadas para establecer restricciones en las instituciones del país, e intenta revertir lo que muchos ven en Rusia como la "occidentalización" del país.
"Es una medida que parece estar poniendo de manifiesto las profundas divisiones entre los ortodoxos rusos ultraconservadores, que desconfían de las influencias occidentales, y su clase media liberal frustrada por el control del poder del presidente Putin", dice Esslemont.